Es difícil dar una guía específica de baño, ya que dependerá del pelaje y su color, el estilo de vida del gato y de su predisposición a dejarse hacer. Si el gato nunca ha sido bañado de pequeño probablemente bañarlo suponga un reto (a la mayor parte de gatos no les gusta el agua y existe una elevada probabilidad de que oponga resistencia).
A partir de los tres meses de edad, una vez ha sido vacunado, podremos bañar al gato de forma segura, pero sin abusar de los baños; Es importante tener en cuenta que bañar en exceso a un gato puede eliminar los aceites naturales esenciales para su pelaje y por lo tanto si decidimos incluirlo en las rutinas de higiene de nuestro felino, procuraremos no excedernos.
Algunos gatos, principalmente los de interior, nunca necesitarán un baño. Si lo cepillamos regularmente, mantendremos el pelo con lustre y en buen estado, eliminando la necesidad de bañarlo.
A pesar de lo anterior, en ocasiones el gato puede ensuciarse mucho o tener algo en su pelaje que no sea seguro si lo lame. Si su pelo está muy manchado, huele mal o tiene una apariencia excesivamente grasa a pesar de los cepillados, la única solución será el baño.
También pueden darse otras circunstancias que hagan necesario el baño: gatos de exposición han de bañarse periódicamente como preparación para los shows; Gatos con afecciones de piel o parásitos pueden necesitar baños con champús medicados recetados por un veterinario, etc.
En el caso específico del Khao Manee, se da la circunstancia de que su pelaje blanco inmaculado puede mancharse con facilidad. Con el paso de los meses, su cola tiene tendencia a amarillear y la barbilla también. Si queremos mantener su pelo lustroso, no nos quedará otra que bañarlo de vez en cuando, preferiblemente con un champú específico para gatos de pelo blanco, ya que les dejará el pelo mucho mas bonito que un champú de felinos convencional. Jamás utilizaremos un champú que no sea específico para gatos, ya que podríamos causar daños serios a nuestro felino; muchos champús para perros contienen componentes tóxicos para los gatos.
Lo positivo en este caso es que se trata de un gato de pelo corto y por lo tanto no tendremos problemas de enredos, ni necesitaremos cremas suavizantes específicas.
COMO LLEVAR A CABO EL BAÑO:
Es importante tener todo listo previamente. De este modo no prolongaremos mas de lo estrictamente necesario un momento de tanto estrés para el gato. Por lo tanto, tendremos el agua preparada, el champú específico de gatos, una toalla absorbente y papel de cocina o un secador.
Otra recomendación es que el gato tenga las uñas bien recortadas cuando vayamos a bañarlo.
Se puede utilizar directamente el lavabo o bien un barreño de unos 40 cm de diámetro que colocaremos dentro de la ducha (en este último caso nos tocará agacharnos o ponernos de rodillas): Rellenaremos el lavabo o el barreño con unos 10 cm de agua templada.
Si el gato es muy asustadizo, verteremos directamente el champú en el agua. Si nos vemos capaces de acceder al champú tras mojar al gato, podremos enjabonarlo posteriormente.
Durante la preparación del baño, es bueno que el gato ya esté con nosotros en el baño y con la puerta cerrada.
Para proceder al baño, cogeremos al gato firmemente por la parte posterior del cuello, dándonos la espalda para evitar que nos arañe y lo introduciremos poco a poco en el agua templada hasta máximo su cuello (¡Nunca introduciremos su cabeza en el agua!). Con la otra mano y con rapidez, mojaremos todo su cuerpo y humedeceremos su cara -si no lo vemos agresivo, ya que puede intentar morder nuestra mano-, intentando evitar que entre agua en sus oídos (se pueden utilizar algodones para taponar sus oídos durante el proceso y asegurarnos que no les entra agua; los tapones de algodón se los colocamos previamente al inicio del baño); también es importante evitar que le entre jabón en los ojos (podemos ponerle gotas artificiales en los ojos, preferiblemente oleosas, justo antes de empezar el baño como preventivo). Acto seguido lo enjabonamos a conciencia (con el champú mezclado previamente en el agua o con una dosis de champú que cogeremos una vez el gato esté mojado) y lo aclaramos con agua abundante. Es importante un buen aclarado porque los restos de champú en el pelo pueden irritar su piel.
Si el gato estuviera muy sucio y no lográramos eliminar toda la suciedad con el primer enjabonado, deberemos de repetir la operación.
En gatos muy estresados, utilizaremos para todo el proceso el agua que hemos preparado previamente. Algunos gatos toleran los grifos abiertos y las duchas, pero la gran mayoría en una situación de estrés como es el baño, acabarán sintiendo pánico ante cualquier cosa ajena a su rutina y pueden intentar arañarnos, mordernos, etc. Algo que es de gran utilidad, es un doble lavabo con agua enjabonada en una parte y agua para el aclarado en la otra. Si lo aclaramos con la ducha o un grifo, es muy importante evitar mojarle la cara con el chorro de agua.
Una vez aclarado el gato lo liamos en una toalla y con otra toalla o paño humedecido, limpiaremos su cara a conciencia.
Con la toalla secamos al gato acariciándolo y tranquilizándolo. Si el gato lo permite, tras la toalla lo secaremos mas a fondo con un secador con aire frío -el aire templado puede dañar el pelaje-; Muchos gatos tienen auténtico pánico a los secadores. Si están habituados a ver el secador en el baño y a escucharlo, esto será menos probable.
Si se hace totalmente imposible secarlo a fondo con el secador, podemos utilizar papel de cocina en su defecto. Si no lo secamos totalmente y su pelo queda algo húmedo, es importante mantenerlo en una habitación templada y sin corrientes de aire durante al menos un par de horas hasta que esté completamente seco.
Podemos utilizar también polvos de talco y dejarlos actuar unos 20 minutos antes de cepillar bien al gato para quitar todo el polvo sobrante, siempre asegurándonos de que no lo va a lamer, lo cual es difícil tras un baño, ya que huele el jabón e intentará eliminar ese olor extraño lamiendo todo lo que pueda su pelaje.
Cual es el consentrado para ellos
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Existen en el mercado muchísimos productos específicos según el tipo de pelo, el color, etc. Suelen encontrarse fácilmente en tiendas on-line para mascotas. Existen desde champús, hasta acondicionadores, lociones, etc. según las necesidades de cada animal. Es importante que el producto sea específico de GATO y no de perro, salvo que el envase indique que es apto para ambos.
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